viernes, 3 de junio de 2011

Características del relieve

El relieve de las Islas Canarias se caracteriza fundamentalmente por la continua construcción-destrucción de materiales volcánicos. Esto le ha dado a cada una de las Islas un aspecto particular y único, que depende directamente de la actividad volcánica que haya tenido y de la antigüedad y resistencia de sus materiales.



Uno de los rasgos más característicos del relieve canario y que en primera instancia llama la atención, es la altitud que llegan a alcanzar los edificios insulares. A pesar de su reducido tamaño, el apilamiento de materiales que se ha dado a lo largo de su historia geológica origina estos ‘continentes en miniatura’ sobre el océano. Cada una de las Islas suele tener su máxima altitud en las zonas centrales, y a partir de ahí va disminuyendo hasta llegar al litoral. Lanzarote y Fuerteventura constituyen una excepción. Son las islas más bajas y llanas, cuyo relieve ha sido arrasado por la erosión durante periodos temporales más largos que en las demás, pues se trata de los edificios insulares más antiguos del Archipiélago. Esto también ha provocado que estas dos Islas sean tan áridas, ya que las nubes cargadas de humedad que traen los vientos alisios, pasan de largo sin provocar la precipitación de niebla o lluvia horizontal.

Las mayores altitudes en Canarias están constituidas por el Teide en Tenerife (3.718 m, el pico más elevado de España), el Roque de los Muchachos en La Palma (2.423 m), el Pico de las Nieves en Gran Canaria (1.949 m), Malpaso en El Hierro (1.501 m), Garajonay en La Gomera (1.487 m), Jandía en Fuerteventura (807 m) y Peñas del Chache en Lanzarote (671 m).
 


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